The Resurrected King

John 19:35-20:17        NASB

35 And he who has seen has testified, and his testimony is true; and he knows that he is telling the truth, so that you also may believe. 36 For these things came to pass to fulfill the Scripture, “not a bone of him shall be broken.” 37 And again another Scripture says, “they shall look on him whom they pierced.”

El Rey Reconciliador y Resucitador
Juan 19:35 – 20:17
19 y 20 de abril de 2025

Había una canción de adoración que cantamos hace varios años que describe poderosamente lo que estamos celebrando.

“Cuán profundo es el amor del Padre hacia nosotros,

¡Cuán vasto más allá de toda medida,

que Él daría a Su único Hijo,

para hacer de un miserable su tesoro”.

“He aquí al hombre sobre una cruz,

Mi pecado sobre Sus hombros.

Avergonzado, escucho mi voz burlona

Clama entre los burladores.

Fue mi pecado el que lo mantuvo allí

hasta que se logró.

Su último aliento me ha traído vida

Sé que está completado.

No me jactaré de nada

Sin dones, sin poder, sin sabiduría.

Pero yo me gloriaré en Jesucristo,

Su muerte y resurrección.

¿Por qué debería beneficiarme de Su recompensa?

No puedo dar una respuesta.

Pero esto lo sé con todo mi corazón

Sus heridas han pagado mi rescate”.

Ese es el tema del Evangelio, la noticia más grande que el mundo haya escuchado, que Dios daría a Su único Hijo, para hacer a un miserable, un pecador como nosotros, Su tesoro.

La resurrección de Jesucristo es el acontecimiento más grande de toda la historia de la humanidad. Todo el plan de Dios para las edades descansa en ese único acontecimiento histórico. No solo todo el plan de Dios para las edades se basa en la resurrección de Jesús, sino que todo el plan de Dios para tu vida también se basa en ese evento histórico.

La significado e importancia de la resurrección se encuentra en uno de los versículos más sencillos de toda la Biblia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.”

            En otras palabras, la razón por la que Dios envió a Su Hijo es porque Él te ama y no quiere que perezcas, Él quiere que tengas vida eterna. Alguien podría decir: “¿Por qué me amaría Dios? Él es santo y justo. Seguramente, Él sabe de todos los errores y líos que he cometido. Él sabe que soy un pecador, ¿por qué querría tener algo que ver conmigo?” Porque estás hecho a la imagen de Dios y Él te ama, esa es la razón.

            Estamos hechos a imagen de Dios. Recuerdo cuando tuvimos a nuestra primera hija.  Yo la sostenía en mis brazos, absolutamente asombrado porque me di cuenta de que estaba hecha a mi imagen.  Ella no tenía que ganarse mi amor. Mi amor no se basaba en nada de lo que ella hacía, era porque yo era su padre y ella era mi hija, y estaba hecha a mi imagen.

Dios es amor. Es lo que Él es. Él envió a Su Hijo para que el mundo supiera cuánto Dios ama. Él envió a Su Hijo a buscar y salvar lo que se había perdido. En otras palabras, Dios te está persiguiendo. Eso es amor. Él está llamando a la puerta de tu corazón, está llamando tu nombre, y quiere que abras la puerta de tu corazón para que puedas tener una relación con Dios como tu Padre.

Usted puede ser un pecador, pero Dios resulta ser un perdonador; Él es un redentor. Él da justicia a los pecadores como un regalo. Él da la vida eterna como un regalo. No tienes que ganártelo. No puedes ganártelo. La vida eterna es un regalo que recibes. Es así de simple.

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí vivirá aunque muera, y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás… ¿Lo puedes creer?

            Alguien podría decir: “¿Cómo puedes decir esto? Seguro que sabes que todo el mundo muere”. Por supuesto, sé que todos mueren, lo sé muy bien. Cuando mataron a nuestra hija fue lo más difícil que hemos soportado, pero fue su cuerpo el que murió. Su alma aún vive, se le dio la vida eterna porque le pidió a Jesús que entrara en su corazón como Señor y Salvador.

            Todo el mundo morirá de muerte física, las estadísticas sobre la muerte son bastante impresionantes; algo así como una de cada una de las personas muere físicamente. Cuanto más viejo te haces, más lo entiendes. Cuando eres joven, eso es más difícil de entender. Cuando eres joven piensas que vas a vivir para siempre, pero la verdad es que vas creciendo hasta los 25 años, y a partir de ahí todo es cuesta abajo.

            Dios envió a Su Hijo para que tuviéramos esperanza más allá de la tumba. La muerte no es el final.  ¿Crees que cuando exhalas por última vez simplemente dejas de existir?  No, tu cuerpo muere, pero Dios hizo tu alma para que fuera eterna. La pregunta es qué sucede después de que exhales tu último aliento en esta tierra. Dios envió a Su Hijo para que tuvieras esperanza más allá de esta vida.

            ¿Tienes esperanza? ¿En qué depositas tus esperanzas?

            La resurrección se trata de tener vida en lugar de muerte. La resurrección se trata de tener esperanza en lugar de desesperación. Él enciende tu alma y llena tu vida con significado y propósito y te transforma con Su presencia en tu vida.

            La resurrección de Jesús tiene lugar el primer día de la semana al amanecer de un nuevo día. Esto se convierte en una imagen de que cuando recibes a Jesús en tu vida es el amanecer de un nuevo día, es solo el comienzo de experimentar la vida y la vida al máximo. Algunas personas en esta habitación están a solo un amanecer de que Dios cambie su vida.

            Él es el Rey resucitado que te está resucitando.

1. Él es Nuestro Rey Reconciliador

• Hay un gran abismo entre los pecadores y Dios.

Isaías 59:1-2, He aquí que la mano del Señor no es tan corta que no pueda salvar; ni su oído está tan sordo que no pueda oír. Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y por vuestros pecados Dios ha ocultado de vosotros su rostro…

• Dios es el que se extiende a través de esa separación para reconciliar a los pecadores consigo mismo.

2 Corintios 5:17, Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, sin tomar en cuenta sus pecados contra ellos…

• Dios está buscando una relación contigo. Él es el que está persiguiendo; Él es el que está llamando a la puerta de tu corazón.

• Cuando abres la puerta de tu corazón y lo recibes en tu vida, es el comienzo de un viaje espiritual. Es el comienzo de una vida de transformación.

2 Corintios 5:19, Por tanto, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; He aquí que Dios ha venido a hacer todas las cosas nuevas.

• En otras palabras, no solo celebres la resurrección…

1. Experimenta la vida resucitada

• La resurrección de Jesucristo no es solo algo para celebrar, es algo para vivir. El mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos sigue transformando a las personas hoy en día.

• Él saca vida de la muerte; Él saca la victoria de la derrota; Saca la belleza de las cenizas.

• Dios nunca tuvo la intención de que solo celebraras la resurrección. No me malinterpreten, es el evento más grande en toda la historia de la humanidad y debe celebrarse, pero Dios quiere más que eso, quiere que experimentes la vida resucitada y vivas de verdad.

• Es el poder de Dios el que toma las cosas muertas y les da vida. Él salva a los que están abatidos en espíritu.

Salmo 34:18, El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los quebrantados de espíritu.

• ¿Cuántos de ustedes dirán: “Dios ha cambiado mi vida, una vez estaba ciego, pero ahora si veo”?

• Jesús es nuestro ejemplo. Dios envió a Su Hijo en carne humana para experimentar nuestra humanidad, para mostrarnos el camino a la victoria y para cargar con nuestros fracasos.

Isaías 53:4-5, Ciertamente él mismo llevó nuestras enfermedades, y llevó nuestros dolores… Él fue traspasado por nuestras transgresiones, Él fue molido por nuestras iniquidades; el castigo por nuestro bienestar cayó sobre Él, y por Su llaga hemos sido curados.

1. Él cargó con nuestro dolor

• Jesús vino en la plenitud de nuestra humanidad y experimentó el dolor de vivir en un mundo quebrantado.

• Hay mucho dolor en esta vida. Algunos de ustedes están sufriendo un tremendo dolor físico; Jesús lo entiende, sufrió un dolor físico inimaginable.

• Otros experimentan un tremendo dolor emocional. Algunos se sienten rechazados, no deseados y solos. Jesús también conoció el dolor emocional.

Isaías 53:3, Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.

• Otros están experimentando dolor en sus relaciones. Jesús también conocía ese dolor. Fue traicionado por uno de sus propios discípulos; Pedro negó que siquiera lo conociera, cuando llegó el momento de la verdad y Jesús fue arrestado, todos sus discípulos lo abandonaron.
• La propia familia de Jesús le causó dolor. No estaban entre la multitud que seguía a Jesús, gritando: “¡Ese es nuestro hermano!” No lo consiguieron en absoluto. En otras palabras, Él también tenía una familia difícil.

¿Cuántos tienen una familia difícil? ¡No levantes la mano! Todo el mundo tiene una persona alocada y difícil en su familia. Si no sabes quién es esa persona difícil y alocada en tu familia… Probablemente ese seas tú.

• El punto es que él toma las cosas rotas y trae sanidad. Donde hay muerte, Él trae vida; donde hay dolor, Él trae sanidad.

Poco después de que mataran a nuestra hija, me reuní con mi amiga y hablamos sobre el juicio y cómo iría. En un momento dado, mencionó por su nombre al hombre que mató a nuestra hija. Le respondí: “Te agradecería que no usaras su nombre…” Dolía solo escuchar el sonido de su nombre.

Pero Dios sanó mi corazón, y más tarde, en el juicio, le hablé personalmente, por su nombre.

• Saca la belleza de las cenizas.
• Él puede revelar Su propósito en las cosas dolorosas que experimentas.

Cuando estoy pasando por algo doloroso, anima a mi alma saber que de alguna manera, de alguna manera, Dios puede usarlo en mi vida. Cuando mataron a nuestra hija, nos sacudió hasta lo más profundo de nuestro ser; y, sin embargo, sabemos que Dios puede darle un propósito a nuestro dolor. Me aferro a todo lo bello que Dios saca de las cenizas de nuestro dolor. Y esto lo sé; Dios transforma el dolor en propósito.

           Yo les digo, mi Dios es un perdonador, mi Dios redime, mi Dios salva lo que se había perdido.

En Romanos 8:28, Dios hace que todas las cosas obren para bien para los que aman a Dios, esto es para los que conforme a su propósito son llamados.

1. Él lleva nuestras penas

• Después de la crucifixión, los discípulos estaban muy preocupados. El que sanó a los enfermos, a los ciegos y a los cojos, el que resucitó a Lázaro de entre los muertos, el que habló, y el viento y las olas obedecieron su voz, había sido crucificado.
• Jesús les dijo varias veces que sería arrestado, entregado a sus enemigos, crucificado, pero luego resucitaría al tercer día, pero era difícil de creer. Estaban confundidos; Estaban preocupados.

Lucas 24:17, 21, Se quedaron quietos, con aspecto triste… “Esperábamos que fuera Él quien iba a redimir a Israel. Además de todo esto, es el tercer día desde que sucedieron estas cosas”.

• Cuando estás confundido, la gran pregunta que sigue viniendo a tu mente es “¿por qué?” Quieres respuestas. “¿Por qué estoy pasando por esto?”
• Los discípulos estaban preocupados, ¿por qué tenía que suceder esto de esta manera? Pedro incluso llegó al punto en que renunció al ministerio y volvió a pescar. Uno de los discípulos incluso tiene la palabra duda conectada a su nombre: Tomás el incrédulo.
• El líder de adoración del rey David escribió un salmo que capturó las palabras de un corazón atribulado cuando vio la prosperidad de los malvados…

Salmo 73:13, 16-17, En vano he guardado limpio mi corazón… Cuando reflexioné sobre la comprensión de esto, fue problemático a mis ojos… hasta que entré en el santuario de Dios; entonces percibí su fin.

• Cuando se acercó a Dios, entonces comprendió.

Ilustración – Cuando nuestra hija murió, fue un momento oscuro, era medianoche para mi alma. No tenía respuestas, pero sí esperanza. En lugar de enojarme con Dios, tuve que acercarme más a Dios. La adoración significaba mucho para mí. Solo necesitaba a Dios y necesitaba Su toque sanador en mi alma. “No hay confusión, su presencia no puede calmar”.

1. El Rey Resucitado me está resucitando a mí

• “Yo soy la resurrección y la vida”, dijo Jesús, “el que cree en mí vivirá aunque muera, y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Te lo crees?
• Experimentas la resurrección cuando la haces personal. Él mismo lleva nuestro dolor y nuestras tristezas y su sangre es el pago que satisface la deuda de nuestro pecado.
• José de Arimatea y Nicodemo eran líderes judíos que creían en Jesús en secreto. Se quedaron en silencio y observaron cómo se desarrollaba esta historia. Pero llegó un punto en que ya no pudieron quedarse callados. Tuvieron que involucrarse personalmente.
• Cuando tomaron el cuerpo de Jesús de la cruz y lo lavaron para prepararlo para el entierro, Su sangre habría estado por todas partes.
• Usted también debe estar involucrado personalmente. No seas un observador silencioso.

1. Debes convertirte en parte de la historia

• Jesús murió durante la Pascua. La Pascua viene de cuando Israel estaba en Egipto y tenía que aplicar la sangre del Cordero en los postes de las puertas y dinteles de la casa para que la muerte “pasara por encima” de ese hogar.
• Es una imagen de la sangre de Cristo aplicada a nosotros. En otras palabras, Su muerte debe ser aplicada a nosotros.

Romanos 3:10, 23, Como está escrito: No hay justo, ni siquiera uno; … porque todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.

Romanos 6:23, Porque la paga del pecado es muerte…

• Si el salario del pecado es la muerte, entonces estamos en un gran problema, porque todos somos pecadores y, por lo tanto, todos merecemos la muerte.
• Pero cuando la sangre de Jesús es aplicada, Su muerte es aplicada a tu vida y el salario de tu pecado es pagado en su totalidad.
• Y si Su muerte se aplica a nosotros, entonces Su vida de resurrección también se aplica a nosotros.

Romanos 6:4-5, Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si nos hemos unido a El en la semejanza de su muerte, ciertamente también lo seremos en la semejanza de su resurrección.

Gálatas 2:20, con Cristo he sido crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

1. Encuentra tu vida en Él
   • Algunos de ustedes están a un amanecer de que su vida cambie. Él es el Rey resucitado que te está resucitando.

• “Yo soy la resurrección y la vida”, dijo Jesús, “el que cree en mí vivirá aunque muera, y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Te lo crees ?
  • Él llama a la puerta de tu corazón y grita tu nombre porque Dios te ama y quiere que tengas una relación con Él como tu Padre.
  • Él es el Rey resucitado que resucitará tu vida. Él toma el alma que está muerta, desanimada, desanimada y derrotada y trae novedad de vida.
  • Si usted fuera a morir esta noche, ¿estaría listo para encontrarse con Dios? Puedes tener la seguridad de que estás bien con Dios cuando lo recibes como Señor y Salvador y le pides que perdone tu pecado.

¿Estás listo para encontrarte con el Señor?  ¿Qué si Él regresara esta noche, estaría Ud. listo?